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Planear 1000 Días

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    Javier Eduardo Estrada Lechuga

    Planes y Programas

En la ciudad de Chihuahua, el 7.09% de la población son niños de 0 a 4 años, lo cual los pone en el séptimo de 18 grupos por edad. Quiere decir que tenemos más de 66 mil oportunidades para brindarles una mejor niñez.

Vivimos en una ciudad diseñada por y para el automóvil, caminarla por gusto es no es común. Para que un niño llegue a su escuela, independientemente del clima, la inseguridad o la falta de alumbrado público / no tenemos banquetas, / no tenemos rampas y, / cuando las hay, están obstruidas o mal diseñadas.

Y esto, ¿Cómo lo podemos cambiar?

Fácil, una ciudad planeada y diseñada para bebés, niños y quienes los cuidan, es una ciudad que funciona para todos.

Está comprobado científicamente que los bebes y niños son los mejores en aprender, crecer y desarrollarse antes de su quinto cumpleaños. Durante este tiempo, sus cerebros se desarrollan más rápido que en cualquier otra etapa de la vida.

Todos aquí fuimos niños (¿o no?) y si bien recuerdan, nuestras experiencias eran más profundas, más emocionantes, gracias a esa explosión química que estaba sucediendo en nuestros cerebros. Todo esto impactó directamente en nuestra salud física y mental, incluso en nuestra capacidad de aprender y de relacionarnos.

Aquí es donde entramos quienes los cuidamos, porque somos los responsables de su salud y seguridad, así de como perciben el mundo. Cuando cuidamos, platicamos, cantamos y jugamos con nuestros bebés, les ayudamos a desarrollar sus habilidades sociales. Por eso es importante incluirlos, darles su lugar, ya que estas relaciones empiezan en casa con sus padres y otros miembros de la familia como abuelos y hermanos.

Pero ¿qué tal si en casa tenemos todo esto? Entonces… ¿qué sucede más allá de la banqueta?

Para que ellos puedan desarrollarse en plenitud, debemos brindarles el acceso a todos sus derechos y a través de la planeación urbana podemos cambiar la realidad de miles de niños que hoy no lo tienen.

Imaginemos que somos niños: imaginen como se ve la ciudad a la altura de sus ojos, imaginen cómo hubieran caminado desde su casa hasta esta oficina de ser niños. ¿No les daría más miedo cruzar la calle? ¿Cuánto se cansarían de haber caminado el triple de pasos?

Ponernos en sus zapatos para planear la ciudad es uno de los primeros pasos, pero también es, pensar en cómo financiamos programas y equipamiento para ellos.

Si diseñamos una ciudad pensada para los niños, quienes los cuidan podremos caminarla con ellos, tendremos servicios básicos de salud, educación, parques más cerca de casa, más seguridad, aire limpio, pero, sobre todo, niños más felices y mejor desarrollados.

¿Cómo es que podemos planear los primeros 100 días de un gobierno, pero no planeamos que hacer en los primeros 1000 días de la vida de nuestros niños?